Xabi Bonilla: «La gente busca cosas más auténticas y cercanas»

Xabi Bonilla, foto de presentación del blog de Santa Rita

Xabi Bonilla, foto de presentación del blog de Santa Rita

Xabi Bonilla es un cocinero formado desde la vocación y desde la Escuela de hostelería del Instituto Ibaialde (Pamplona). Después de haber trabajado en varios restaurantes, decicidió que lo que a él le gusta es la sencillez y la personalidad de impartir cursos de cocina en zapatillas de andar por casa; por eso montó el Santa Rita Club Gastronómico. Si queréis saber más sobre este personaje, ¡seguid leyendo!

P: ¿Cómo empezaste en el mundo de los restaurantes clandestinos?

R: Yo ya llevo cuatro años y al principio me sentía un poco como Don Quijote de la Mancha porque era bastante pionero, en esos momentos yo sólo conocía al restaurante Kokun, y aunque tenía la idea de abrir un restaurante clandestino en mente desde hacía bastante tiempo no acababa de lanzarme.

Estuve trabajando como diez años en restaurantes y después empecé a dar clases de cocina en centros cívicos. Después de dos o tres años me di cuenta de que no quería volver a trabajar en un restaurante pero notaba que me faltaba algo de mi cocina más personal, de una cosa más mía. Entonces, cuando vi que la idea que se me había ocurrido tiempo atrás se estaba haciendo, decidí intentarlo.

P: Pero, ¿cómo tuviste la idea de hacer un restaurante de este tipo?

R: La idea se me ocurrió cuando pensé que estaría muy bien poder hacer un restaurante en casa, en una terraza, algo que pudiera compatibilizar con cursos, porque a mí siempre me ha gustado hacer cosas un poco diferentes, que me permitan desarrollarme.

P: ¿Es muy diferente trabajar aquí en vez de en un restaurante convencional?

R: Tiene cosas diferentes, el trato con los clientes es mucho más directo aquí. La cocina también es diferente aunque según a qué nivel lo hagas la profesionalidad también se nota.

P: ¿Por qué el nombre de Santa Rita?

R: Es un juego, porque Santa Rita es la patrona de las cosas imposibles, y yo lo que quiero es ser un cocinero de zapatillas de casa en vez de uno con chaquetilla, por lo que es una especie de metáfora. Quería que fuera un nombre diferente, divertido y más cercano.

P: ¿Cómo organizas los menús?

R: Cada mes hago un menú de degustación distinto, hago un especial de un tipo de cocina. Este mes hago un slowfood, el que viene puedo hacer un especial de cocina vasca, de fusión o meteorológica, siempre variando la temática.

R: ¿Haces algún evento especial?

Tengo mesas que permiten que vengas en pareja o con un grupo de amigos. Además, también suelo hacer noches de “animales sociales” donde gente que no se conoce de nada viene a cenar junta. Otra posibilidad son los cursos de cocina privados con cena o comida, aunque estos son por encargos; empezamos yendo a comprar los alimentos al mercado, los cocinamos y después comemos lo que hemos hecho.

P: ¿Qué opinas de Eatwith?

R: En Eatwith hay mucho perfil de gente no profesional y personas que sí lo son, y aunque de estas segundas hay pocas cada vez va habiendo más. Esta plataforma está orientada a los turistas y ha sido un hándicap para trabajar con gente de aquí, porque no se han separado bien los cocineros profesionales y los aficionados.

P: ¿Cómo ves el futuro de los restaurantes clandestinos?

R: Creo que esta tendencia va a ir a más, porque la gente busca cosas más auténticas y cercanas, y este tipo de lugares tienen un espíritu mucho más humano y no son postizos. El trato es mucho más personal empezando desde el momento de la compra, donde yo mismo voy al mercadillo a comprar los productos del día.

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